domingo, 24 de agosto de 2014

The bitter end


La primera vez que intenté suicidarme, ni siquiera fue 100% un intento, analizando la situación casi 10 años después, la razón por la que tomé unas tijeras y corté 3 centímetros de mi muñeca izquierda de manera diagonal, en repetidas ocasiones, hasta que un poco de sangre brotó fue una estupidez, que puede resumirse en un "por qué yo no".

Los últimos días, desde el suicidio de un ícono de nuestra infancia (niños de los 90) Robbie Williams, hasta un suceso cercano protagonizado por un desencanto amoroso, me recordaron la infinidad de veces que, por mi mente se ha cruzado la idea de acabar con todo lo que me causa molestia de manera permanente.

Siempre he podido hablarlo sin problemas por mi cercanía con la muerte, lo oscuro y la sensibilidad con lo natural y los procesos que lo componen. También porque creo que es más digno escoger el momento de tu propio deceso  a que alguien te lo arrebate por quedarse con tu quincena, o soportar la agonía de la vejes solitaria y dependiente.

Lo que no creo que sea digno, y quizá me muerda la lengua con ello, es el hecho de no tener una razón genuina que tenga el suficiente peso para tomar una decisión tan importante. Es muy difícil predecir quién tomará una navaja, pastillas, soga, impulso, para terminar consigo, pero sé, de buena fuente y a través de estudios, que las personas que se dedican a la comedia lo hacen con mayor frecuencia.

Bueno, no necesariamente comediantes, sino simplemente personas que han hecho de la risa y los chistes un escudo.  Así pasa para quienes se sienten más solos, la manera de alejar a las personas es logrando que se fijen en otra cosa (chistes) que no son realmente nosotros, así no descubren nunca la manera en que pensamos. Sí, incluso Chaplin.

Hoy, no creo que sea una opción rendirse, quizá mañana no esté tan segura, pero lo que sí creo es que si se hace debe haber una razón muy poderosa, se debe hacer correctamente (el trabajo a medias resulta mucho peor), y se debe involucrar a menos personas posibles para que todo salga bien. Pero de preferencia, no lo hagan.

Yo aprendí que las heridas de la piel sanan, pero jamás las que se tienen en el alma. Pero se puede vivir con ellas, si te concentras en algo que te gusta y si comienzas a dejar que lo único que influya en ti, seas tú mismo.




3 comentarios:

Xavysaurio dijo...

No te mates :C

¡Hola! \o/

(Tendría que comentar algo mucho más profundo, pero yo en como un mes cumplo un año de también tratar, y me mal-viajo así feo)

Xavysaurio dijo...

¡Aún tengo mi link! *-*

Anónimo dijo...

ペイン