sábado, 31 de mayo de 2014

Un fénix agoniza

Se va quemando su plumaje, su piel, su carne, se derriten sus entrañas, los ojos se le llenan de humo, su canto parece un lamento. Explota su corazón entre las llamas y finalmente se consume hasta las cenizas, que al enfriarse dejan ver el cuerpo pequeño de un pajarito que abre los ojos a la vida, el mismo Fénix ha vuelto a nacer.

Hoy tengo la oportunidad de que mueran mis rencores del pasado, mis malas experiencias, mis incomodidades para dar paso a las cosas buenas (y nuevas) que vienen.

Eso es un súper cliché, pero funciona. Ya tengo 28 y todo a mi al rededor se va moviendo, unas cosas para el camino que quiero tomar y otras para veredas que no esperaba. En el recuento general todo marcha bien, hay un gran plan y faltan sólo 3 meses para ello, otro parteagüas que me aterra, pero me emociona.

Este año quiero reconciliarme con todos los idiotas que son idiotas, pero que su estupidez radica en no llenar mis expectativas, al final son buenas personas y es más valioso tenerlas cerca que lejos. Quizá ese sea el paso necesario para continuar. Quemarlo todo para que vuelva a nacer en su forma original.

Por otro lado siento que el tiempo se acaba, estos años rutinarios hacen que todo parezca que va más rápido. Lo único malo es que no hay tiempo para hacer lo que sientes que realmente vale la pena. Quizá debo de cambiar eso también. Quemarlo todo.


Feliz día internacional de no fumar, de no quemar un cigarro y no consumirse poco a poco hacia la muerte. Ironico.

Al final de cuentas ningún día dejamos de morir... ni de renacer.