domingo, 27 de diciembre de 2015

Saltar al vacío

De las cosas que de verdad he aprendido de la impro es dejarse llevar y lanzarse al vacío cual gorda en tobogán.

Se acerca 2016. No escribí en este blog porque estaba viviendo la vida loca, o sea trabajando como esclava, básicamente.

Septiembre: hubo shows y mucho trabajo, pero también hubo una persona que me hizo replantearme millones de cosas sobre mi vida. Tanto que estoy por tomar un vuelo a otro continente para seguir lo que se inició en ... septiembre.

Octubre: me mudé con una amiga a una parte más céntrica de la ciudad, me corrieron de mi freelance, tuve un nuevo jefe en mi trabajo. Al parecer fue un mes muy inestable, la verdad yo siento que lo viví como un zombi. Fui dama de honor en la boda de una amiga.

Noviembre: compré un boleto de avión, celebré un cumpleaños a distancia, vacacioné, pero me enfermé como 4 veces. También disfruté como nunca dar funciones. También me llené de dudas e inseguridades, pero bueno soy insegura y dudo siempre de lo que hago. Se fue uno de mis perritos (en total 3 este año).

Diciembre: Encontré otro freelance, he trabajado como nunca en mi vida. Negocié. Estoy cansada, me volví a enfermar, ha sido un cierre difícil y lo único que quiero ahorita es dormir. Llegaron dos perritos nuevos sin hogar y parece un milagro. En un par de días me enfrentaré a algo de verdad que tiene que ver con septiembre.

Pocas veces me había sentido tan segura e insegura a la vez, no puedo poner mi cabeza en orden, no quiero pensar y aún tengo miles de pendientes, eso sí, nunca he perdido de vista qué es lo realmente importante. Por eso estoy aquí... escribiendo.



viernes, 21 de agosto de 2015

De lo bueno, nada

Hace un año, por estas fechas ya había renunciado para quemar las naves y volver nueva y renovada a hacer mi vida y perseguir mis sueños.

He tenido algunos pequeños logros, por ejemplo ahora soy editora/escritora de verdad y me pagan por ello. También me pagan por ir al teatro y reseñar las cosas que me gusta ver, me uní a una compañía de teatro y doy shows constantemente, al menos dos al mes en los que nos va muy bien, ahora casi siempre tenemos casa llena.

Hace no mucho también me cayeron algunos veintes, el origen de mi amargamiento, lo difícil que ha sido mantener dos trabajos, lo complicado que es conocer a alguien que esté realmente comprometida con algo.

A veces los fénix tardan más tiempo en morir, los ciclos son más largos, pero cuando tomas una decisión, tienes que ir por ella asumiendo las consecuencias. Nada de lo que tienes va a cambiar si te quedas estático. No hay promesas de que te va a gustar, o si va a salir peor.

Se acercan mis tiempos de volver a quemar mis naves, pero no sé si esta vez podré atreverme, porque una cosa es cierta, después de tantos años de aventarte al vacío. Te cansas de volar.


Cuenta la leyenda de la expresión quemar las naves: "Alejandro Magno desembarcó e inmediatamente mandó quemar todas las naves. Mientras su flota ardía, el líder macedonio reunió a sus hombres y les dijo: Observad cómo se queman los barcos, esa es la única razón por la que debemos vencer, ya que si no ganamos, no podremos volver a nuestros hogares y ninguno de nosotros podrá reunirse con su familia nuevamente. Debemos salir victoriosos en esta batalla, ya que solo hay un camino de vuelta y es por el mar. Cuando regresemos a casa lo haremos de la única forma posible, en los barcos de nuestros enemigos”




martes, 2 de junio de 2015

One more

29 años, el último escalón de uno de los pisos que tiene esta vida en forma de condominio, como el corazón, que más bien éste tiene forma de fraccionamiento interés social.

La verdad es que yo quería morir a los 27, pero no grabé un disco de rock, ni hice películas y ni siquiera consumí las suficientes drogas. Los 28 no estuvieron tan mal, al menos me divertí. Todas mis amigas mayores dicen que los 30 en las mujeres se la pasan mejor, porque tienes dinero y experiencia, aunque nunca me dijeron cuánto de cada una.

Siento un profundo temor de la incertidumbre, pero también siento que ya no tengo nada que perder. Diría Tyler Durden:




Así que por lo pronto sólo quiero olvidarme de todos los que no han hecho que los 28 fueran tan padres. Y eso sí, después de este año, seguiré teniendo 29 cada vez que me pregunten mi edad, no importa si tengo 60.

domingo, 24 de mayo de 2015

Llamas y aire



Se acercan días difíciles, bueno, en realidad empezaron ya desde hace un rato y yo sin saber cómo afrontarlos. Mayo es de mis meses favoritos, pero también es de los que más daño me ha hecho y este no parece hacer una excepción.

Tal vez tenga disforia, que es lo opuesto a la euforia, tal vez tengo un trastorno bipolar de esos que son difíciles de diagnosticar porque las personas son tan comunes y corrientes el 90% de su tiempo que el 10 restante que están locos, sólo parecen cambios de ánimo raros.

Quizá solo extraño a mis ausentes, quienes se han ido en mayo, hace 8 años y hace 2 semanas. Tal vez soy demasiado fénix y esta vez la agonía empezó mucho antes. Eso.

Se acerca el renacimiento, pero el morir siempre cuesta, duele en los huesos, en los músculos, duele en el corazón y en el estómago, en el cerebro y en el alma. Todo se desmorona, todo se vuelve ceniza, de la que pronto tendrás que juntar lo suficiente para construirte de nuevo, para que pronto puedas volar de entre las llamas.

Hoy me quemo. Quizá mañana vuele.


jueves, 26 de marzo de 2015

Never more and more

Ni me morí, ni andaba parrandeando. Aunque bueno, siempre dicen que diariamente morimos un poco, entonces quizá la primera sí, un poco.

Después de ese legendario viaje y recuperar la vida godinezca que me caracteriza, me hice de otra serie de actividades agotadoras que yo llamo: negación de la realidad a través de terapia ocupacional.

De esos propósitos que me hice en el año como pasar más tiempo para mí o escribir libros/tesis etcétera, la verdad es que se quedaron un poco cortas, pero en su lugar estuve haciendo otras tantas cosas que me quitaron la misma cantidad de tiempo con menor cantidad de satisfacción y provecho... porque siempre he sido mala negociando, creí que estaba claro.

Entre ellas están:

Curso de impro: hice mi tercer nivel para terminar como lo que sería el último de los últimos niveles de la impro.

Archipiélago: una amiguita me dijo que le ayudara a su padre a coordinar la digitalización de su revista.

Lets Riot: bueno, la verdad es que amo ese proyecto y aunque nunca me diera dinero lo seguiría haciendo.

Magazine Feed: colaboré un rato con este portal y se supone que me van a pagar, pero quien sabe porque #freelance.

TSP: me contactaron de una compañía de teatro para que les hiciera una estrategia de comunicación para México en Escena.

Inglés: retomé mis siempre abandonadas clases y pues se supone que ahora sí estoy siendo constante.

El Salvavidas: aunque es un proyecto de la agencia, es como si fuera un freelance porque realmente no está asignado.

A eso súmenle mi trabajo que va de las 8 a las 10 horas diarias, dormir, que ahora es menos frecuente que antes. Ver The Walking Dead, Better Call Saul y un par de películas a la semana, la lectura de al menos un libro al mes. Mis constantes idas al teatro para reseñar y cubrir las recomendaciones de los sitios, veterinarios, doctores, familia y amigos.

Pues nada, por eso siento que no he estado respirando desde que comenzó enero, más o menos desde que no les escribo. Ahora súmenle que hay un posible proyecto que me fascina hasta la locura y un posible prospecto de romance.


Pero, ¿saben qué?
Ya voy a irme a vivir a Venus para tener días de 243 días.