domingo, 7 de julio de 2013

Esto es..

Estopa. México 11 abril 2013.

La gente regularmente no entiende ni sabe estar sola. Para mí es muy sencillo, necesito mucho tiempo para mí, el contacto físico en exceso me perturba, me siento incómoda con grandes cantidades de gente. Soy introspectiva y me es más fácil lidiar con mis propias estupideces que con las de los otros.

El 11 fui al concierto de uno de mis grupos favoritos, soy de esas personas raras que conocieron a Estopa por su canción Vino tinto, como soy de voces rasposas y sonidos gitanos, me empecé a familiarizar con otras de sus canciones, bajé todas de Ares, (calculen al menos 10 años atrás) y me di cuenta que sus letras zigzagueaban entre lo divertido guarro y lo romántico sufrido. Los amé.

Nunca había escuchado que ya habían venido a México hace 12 años y casi no me entero de que venían este año. Después de ir a la taquilla del Metropólitan y decirme que los boletos estaban agotados, el día del concierto liberaron lugares y pude, por suerte o por destino, comprar un boleto a 8 metros de ellos. Si es tuyo siempre lo será, comprobé.

Fui sola al concierto, porque para mí es de lo más normal ir sola, tan normal que lo disfruto más que ir acompañada. Mis coasistentes eran 2 parejas, una de unos 50 años, y la otra de unos 20. Así variaban las edades de la audiencia. A pesar de que el espacio es pequeño entre cada butaca, cuando inició el concierto nos paramos y comenzamos a rumbear. Noté que los chicos de 20 andaban inhibidos, como si al llevar a su actual pareja tuvieran que mantener la compostura. Los de 50 al contrario, gritaban y bailaban.

Yo era como los de 50, no tenía a nadie que soportar, o al quien seguirle el paso, o cuidar. A la segunda canción los hermosos ojos del calé en el escenario se cruzaron con los míos y comencé a ser yo. Bailé, brinqué, grité, me desaté el cabello, levanté los brazos, me recargué en el asiento de enfrente, le mandé besos, me recogí el cabello de nuevo, grité. Cerré los ojos.

Si hubiera llevado a alguien no me la hubiera pasado tan bien, estoy casi segura; las inhibiciones que te provocan las personas que te interesan o que viven en la cotidianidad contigo a veces son insoportables. Para ponerse en mi estado, algunos tienen que tomar demasiado o meterse otras drogas. Yo no, mi secreto es ir sola.

Me pasé 2 horas y media feliz, escuchando la música que me gusta, disfrutando cada nota, cada sonido, cada broma en el escenario, la canción acústica, el corrido con arreglos, todos los éxitos. Todo fue perfecto, hasta el tipo altísimo que a la tercera canción se durmió por ebrio en su asiento para dejar ver. A mí no me mueve eso de "Es que quiero compartir la experiencia con alguien", "Es que, después con quién platicas". Patrañas, si llevas a alguien nunca estás al 100% ahí.

A las personas que le da pánico estar solas es porque no se soportan a sí mismas. Hay que aprender a disfrutarse y para lograrlo hay que disfrutarse en distintos momentos y ocasiones. Suena a consejo sexual, lo sé, pero aplica a consejo de vida también.

Vaya concierto de puta madre, están que se cagan. Gracias.


"Pero por dentro de mi amarga cabeza, siempre tan sola y tan llena de tristeza, me salen las canciones que a mí más me molan, las musiquillas que a mí más me motivan, las amarguras se vuelven amapolas y las tristezas me alegran la vida".