viernes, 26 de diciembre de 2014

Del 2014 y sus ondas

Del 2015 espero muchas cosas, como es costumbre, pero creo que una de las mayores es la boda de una de mis mejores amigas. 

Eso me recuerda que acabo de ver las fotos de una amiga que invitó a todo mundo menos a mí, y no me afecta aunque parezca lo contrario. Al final de cuentas es su día y está en todo su derecho de hacer lo que se le venga en gana, lo raro es que no sé si mencionar lo linda que se ve o desearle cosas buenas, porque no quisiera que se escuchara falso o que ella se sintiera mal por no haber pensado en mí. 

Y es así como se van perdiendo las amistades, con un montón de dudas innecesarias sobre cosas que al final de cuentas valen para dos cosas. De eso me di cuenta este año, soy una persona demasiado desapegada en cuanto a las relaciones humanas.

La gente me quiere, de forma inexplicable, quizá porque soy leal y siempre sonrío, pero después de que termino el trabajo, curso o etcétera no me preocupo por frecuentarlos. Por eso no me invitan a sus bodas, por eso y porque nunca me tomo las cosas en serio, o porque soy mamona. 

Así que 2014,  ya sé que juré que iba a frecuentar a mis amistades en tu transcurso, tú sabes bien que en algunos casos hice lo posible. Fracasé obviamente. Pero siempre tendremos el 2015 para intentarlo nuevamente, que al final de cuentas de eso va la vida. Intentar.