viernes, 29 de marzo de 2013

Es la bo'a

No los voy a sermonear, pero sí... poquito pues. Después de que salí de la Universidad se veía un hermoso panorama para los egresados, en pleno 2009 lo que se esperaría de una generación es que se desarrollara intelectual y vocacionalmente para hacer de su vida algo pleno, funcional y completamente desapegado a los clichés de principios de siglo.

Obvio no. Eso sólo está pasando para algunos. Los demás están haciendo justamente lo que no se esperaba de ellos, lo que, más bien, las grandes mentes no esperaban de ellos, pero lo que sus familias sí esperaban de ellos, no es que sus familias no sean grandes mentes pero... Voy a dejar este punto porque me siento en arenas movedizas.

El punto es que muchos se están casando, y no es que eso sea malo. No es que sea malo que jures ante un Dios, de dudosa existencia, que amarás a una persona que conociste, en el mejor de los casos, hace 5 años atrás y que tus ojos, tus hormonas, tu calentura y tu libertad estarán comprometidas a esa persona, por la misma cantidad de años y más, de la que tus piecitos han estado caminando en la tierra, o sea el resto de tu vida. ¡En qué cabeza plurineuronal cabe eso!

Si amas a alguien no necesitas casarte con la parafernalia religiosa que, para el mejor de los casos, te sale costando 200,000 pesos. Dinero que pudiste aprovechar para un paradisíaco viaje a Fiji, o para dar el enganche de una casa, o para la universidad de tus futuros vástagos. Un show donde el tiempo que pasas es con tus amigos, haciéndola de muertito, o recolectando billetes, o bailando el baile del biper y todo ese tiempo el hombre o mujer de tu vida está tan lejos de ti y visceversa que termina siendo  una celebración que es para todos, menos para ustedes.

Hoy me encontré en mi facebook con más fotos de bodas, a la mayoría de las parejas le doy 5 años, y no estoy siendo negativa, es que... cómo puedes saber que alguien es el amor de tu vida cuando apenas llevas un tercio de ella vivida, y de ese tercio la mita eras un escuincle con dientes de leche. Cómo procrear criaturitas y no pensar que en 10 años ya no vivirás con esas pequeñas cositas con tu sangre.

¿Me escucho amargadísima o idealista? Sólo creo que comprometerte en una ceremonia espiritual va más allá de comprar un vestido blanco y un liguero para la ocasión. Creo que un compromiso así, sólo puede existir cuando tienes la plena seguridad de que nadie será mejor que esa persona, no simplemente porque a los 30 ya no es una buena edad, o porque te clavaste, o porque se te va el tren. ¿Saben? Charles Chaplin (mi gran ídolo y ejemplo de humanidad) se casó 4 veces, también se dejaba llevar por sus hormonas, pero encontró al amor de su vida, su alma gemela, la mujer de sus sueños cuando tenía más de 50 años y ella contaba con apenas 18 y se casó, y vivió feliz, pero feliz bien, como en las historias de Disney.

Eso nos dice que no está mal casarse, lo malo es casarse con la persona equivocada con tanta convicción y que cuando estés a la mitad de tu vida llegue alguien a romper como un mar enfurecido lo que creíste,  que te des cuenta la pérdida de esfuerzos que fueron esos matrimonios, de los cuales habrá que rescatar lo bueno, pero seguramente las heridas seguirán doliendo. ¿Habrá que aventarse al vacío (con todo y cartera)?

No sé, ustedes síganse casando, síganse divorciando, total es su vida, su corazón roto, sus patadas de ahogado, sus amores de su vida en este momento, aunque mañana quién sabe.

Ahí va la parte azotada: La gran parte de mis crushes de toda la vida, (secundaria, prepa, universidad, vida) ya dieron el anillo. Pffff.

Allá va la parte buena: ¡Soy libre! Y ustedes, no, ¡zoquetes!


Cuando me case y me divorcie en el futuro tienen el derecho de restregarme este post, mientras tanto: I'm single, bitch!  

1 comentario:

Anónimo dijo...

HASTA LUEGO LELOS!!!!!!!!