En mi casa siempre, que recuerde, hemos tenido un auto, de hecho estuve a punto de nacer en uno, así que para los que suelen usar el dicho “pues no naciste en carro”, yo podría refutarlo con facilidad. Quizá por la razón de siempre haber estado rodeada de automóviles me surgió mucho interés por ello, así que JAMÁS me verán como una chica indefensa que no sabe cambiarle la llanta al carro, medirle los niveles de aceite, anticongelante, o bien saber dónde está el radiador, qué es una transmisión, para qué sirve un balanceo, cada cuanto hay que cambiarles la banda, y por supuesto qué son las salpicaderas y su diferencia con la facia. Todo eso es una gran ventaja cuando tienes un auto, pero un mayor inconveniente y es que no sé manejar, ¡duh!, increíble, pero cierto.
Pero bueno, retomando la introducción del post, últimamente he analizado las actitudes de mis amigos y amigas que saben manejar y que por azares del destino he tenido la oportunidad de ser su copiloto. ¿Y qué creen? descubrí lo siguiente:
Mis amigos 90 % conducen muy bien, respetan las señales de tránsito, dejan pasar a los autos y en general no son tan explosivos cuando algún idiota se mete o se cierra.
Mis amigas el 80% manejan pues... diré que sigo viva, son pasionales, le gritan a medio mundo, son las que regularmente se cierran o se pasan altos y se enojan con facilidad.
La conclusión es efectivamente que las mujeres aunque no son tan cafres al volante, tienden a ser en exceso apasionadas y caprichosas, y claro, como papi o mami pagan generalmente las reparaciones pues qué, total es sólo un carro ¿no?, mientras que los hombres si tienen más apego, porque ni te atrevas a hacerle un rayón a mi carro ¡eh!
El chiste gráfico está bueno, abstenganse feministas radicales, jajaja.
Así que yo les pregunto ¿ustedes manejan?, ¿han notado esta peculiar constante?, si saben manejar porqué no me han enseñado egoístas.